martes, 18 de junio de 2013

EL ORO NOVOHISPANO


En esta ocasión quiero compartir una pequeña reseña, acerca de la conferencia que nos brindó el Dr. Eduardo Flores Clair, titulada “La importancia de la producción del Oro Novohispano” el pasado lunes 10 de Junio del 2013.
 

El Dr. Flores Clair, comienza su participación en la Asamblea 713 comentando que, la mayoría de los investigadores le han dado más importancia al estudio de la plata, no así, al oro.
Continúa su ponencia, haciendo una comparación de las creencias, que, sobre el oro, se tenían en grandes civilizaciones como la China, la Egipcia, y la Mexica, mencionando que va más allá del sentido monetario, circundando en el sentido religioso y mágico:

En la cultura China, se resalta el color del metal precioso, representando a: “La Raza Amarilla”, mediante el rio amarillo, el dragón amarillo, y la brillantez de su cultura; Por otro lado, representa la claridad y la nobleza, la alegría y la prosperidad, así como también la legitimidad del poder sagrado y los buenos sentimientos.

En la cultura Egipcia el oro era considerado como “la carne de los dioses”, “piel hecha de oro” manifestada en la misma riqueza de los Faraones.

En Mesoamérica, dentro de la cultura Mexica, al orfebre, por su extraordinaria habilidad, se le considera como una especie de “partero”; Menciona el Dr. el culto al sol, y que éste, al ser tomado como signo de poder económico y político, comparado  con el oro, (por su color) era considerado afín; También al oro se le relacionaba con lo masculino, a diferencia de la plata, considerada para lo femenino; El Dr. Flores, nos comenta que, a diferencia de los egipcios, para la cultura mexica, el oro era considerado como, la excrecencia de los dioses.

Nos menciona que las piezas prehispánicas más importantes de oro, han sido encontradas en Monte Albán, (hoy Estado de Oaxaca) lo cual no supone que no hubiera otras, comenta que los cronistas mencionan muchas más. Se menciona que, a partir de los documentos encontrados, se ha podido saber acerca los tributos que los encomenderos hacían pagar a los indígenas, como son, laminillas, canutillos rellenos de polvo de oro, Etc. (menciona que en el Museo de Antropología e Historia, hasta hace poco tiempo, había canutillos).

También nos compartió el siguiente extracto del libro titulado “Quilatador de oro, plata y piedras” de Iván de Arphe y Villafañe, autor muy importante sobre los metales:

“El oro es el más subido y estimado metal que nace en la tierra,

y tan libre de toda corrupción, que ningún elemento (ni el tiempo) lo corrompe.

Ni comiéndose es ponzoñoso, como otros metales,

 antes para muchas enfermedades es medicina.

Y entre otras virtudes tiene una en particular,

que conforta la flaqueza del corazón y engendra alegría,

quita la melancolía, limpia las nubes de los ojos y su quemadura no alza ampolla.”

 
A propósito de esto último,  menciona que, los indígenas creían que los españoles estaban enfermos y que la única manera de curarlos, era a través de los metales preciosos.


Haciendo a un lado el pensamiento mágico-religioso, continua su ponencia con datos históricos.
 

Según Santiago Ramírez, un Ingeniero muy importante del siglo XIX, Había tres formas principales de encontrar el preciado metal: Los placeres, (que era en los lechos de los ríos), las Betas y los Criaderos de contacto.

Nos muestra una imagen, de una mina en Zacatecas del siglo XIII, y nos describe el proceso que seguía la extracción del metal. Así mismo nos comenta acerca de las dos principales fuentes de oro en México: “El oro” en Tlalpujahua, Estado de México, y “La Cieneguilla” en el Estado de Sonora en este lugar, aproximadamente unos 70 años antes de la llamada “fiebre del oro” en San Francisco, se encontraron importantes sitios de metales argentíferos, pero, principalmente áureos.

Como dato curioso, nos comenta que en 1770, el Rey se enteró de que, un señor de nombre Julián Arriaga, de Mocorito Sinaloa, halló una grano de oro de aproximadamente cuatro marcos (1 Kg Aprox.) y que se lo pidió, a través del Virrey, para su gabinete de curiosidades; y que el Sr. Julián, para quedar bien con el Rey, se lo regaló. Al enterarse de esto, Dn. Manuel de Aldaco (comerciante muy importante de la época) da a conocer que, él, tenía uno más grande, de 16 marcos (4 Kg Aprox.) Este dato curioso, arroja que quizás, estos, sean los granos más grandes de oro, encontrados en la historia.
 

Otro dato, fue el de la transportación de los metales ya acuñados, pues, resultaba más barato transportar oro, a diferencia de la plata, ya que, una mula podía caminar 35 a 40 Kms. Y su recorrido era de 10 a 12 días dependiendo de su destino y podía llevar en su lomo, dos cajas con un peso de 13 arrobas (aproximadamente 150 kilos cada una), con las monedas perfectamente contadas y acomodadas dentro de talegos de piel, lo cual, en el caso de la plata, daba la cantidad de $5,144.34; contra $78,036.73 en moneda de oro.

El Dr. Clair explico la ruta del dinero (Plata y oro) hacia España como sigue: De Los Reales mineros se mandaban barras, que pasaban a La casa de Moneda para ser acuñadas, donde se separaban los impuestos que se le pagaban al rey, y de éstas, se regresaba una parte (a los Reales) para pagar los sueldos y demás gastos de las minas; de ahí a Sevilla o Cádiz, vía Veracruz, luego a Madrid donde se enviaba hacia Barcelona o Amberes; de Barcelona a Génova, (para pagar los créditos, a los banqueros que le prestaban al Rey) y al igual que Amberes, de Génova salía hacia Oriente pues las mercancías generalmente se adquirían en aquel lugar. Otra de las rutas importantes era la que se establecía por Acapulco, a través de la Nao China y vía Filipinas, por esta ruta pasaba principalmente plata, que, circulaba después, resellada, hacia ambos lados de los circuitos, motivo por el cual se le conoce como la primera Globalización de Mundo, ya que logro unirse al comercio de americanos, europeos, africanos y asiáticos, pues el intercambio de productos era dinámico.

El Dr. Flores Clair, nos ofrece datos sobre la ACUÑACIÓN de oro, Vs. La de plata, (que no es lo mismo que producción) la cual era por demás superior al primero, en una relación de 18 a 1: En 1733 la amonedación de oro era MUY inferior a los $5, 000,000, mientras que la de plata rondaba los $10, 000,000. Para 1773 estas cifras tuvieron un aumento (cada una a su ritmo), pero ni aun con este aumento, el oro superaría los $5, 000,000 mientras que la plata se elevaría a cerca de $20, 000,000.
 

Para 1810 ambas producciones tendrían una baja, pero la más notoria sería la de la plata, que caería a menos de $10, 000,000
Sin embargo, nos dice, haciendo un análisis de los datos sobre el oro se encuentra que hay un promedio anual de $800,000 acuñados, durante el periodo de 1777 a 1822, lo que pone al negocio del oro, como uno de los mejores del país, solo por debajo de la grana “cochinilla” o el tabaco, generando muy buenas utilidades.

Viendo la geografía de los principales productores de ORO PURO, de 1800 a 1816, le llama la atención la producción de oro en Guanajuato “La Valenciana” pues se sabe que ese lugar era principalmente platero, pero se justifica, si se considera que por lo general venían  juntos (oro y plata). De ahí “El Rosario” en Sinaloa, que acumulaba a toda la minería norteña, luego, en menor medida, a Chihuahua, Zacatecas y Durango respectivamente.

Sobre acuñación y exportación, nos comenta que, hasta 1776 (según Antonio García-Baquero) casi la totalidad de oro que se acuñaba, se exportaba, pero que a partir de 1777 esta tendencia cambió, acuñándose y exportándose, menor cantidad del moneda áurea, por lo que la pregunta es: ¿Dónde quedo todo ese oro producido, (según la tendencia) si la acuñación y exportación habían disminuido?

La explicación que nos ofrece es que, esa producción se destinó para otros usos, como el arte en general, destacándose, por supuesto, el sacro. (Esculturas, retablos, atriles, marcos, cáliz, crucifijos, atuendos y vestuarios con bordados de oro)

Durante el periodo Borbónico como consecuencia de las “devaluaciones” en el contenido de los metales (Ley), se ordena que la moneda conocida como COLUMNARIA sea retirada de circulación, hecho que tardaría más de 30 años en completarse, pues la gente sabía que al entregar su dinero, les sería entregado otro con menor valor.
 

Durante el periodo colonial el oro también tenía otros usos “sociales”, por lo que se conocen otros objetos de, ó que, contenían alguna cantidad del metal, como son:

Anillos, anteojos, aretes, gargantillas, botones, brazaletes, broqueles, cabestrillos, cadenas, campanillas, casquillos de bastones, cigarreras, cintillos, cruces de pecho, cuenta hilos, dedales, fajas, hebillas, jeringas, llaves, mancuernas, manijas, medallas, pinzas, plumas, relicarios, relojes, rosarios, veneras, etc. etc. Sin embargo muchos de estos objetos “civiles”, han ido (y siguen) transformándose a través del tiempo mediante la fundición; Durante la guerra, esta práctica se extendió a las monedas, ya que, la corona cerraría las fronteras y no permitiría la salida de dinero.

 En fin, entre otros datos de actualidad, acerca del codiciado metal, el Dr. Eduardo Flores Clair, culmina su presentación sobre “La importancia de la producción del oro Novohispano”. Por lo que hasta aquí dejo la breve reseña, esperando que sea de utilidad a los interesados en el conocimiento y estudio de la Numismática, haciendo, como siempreJ, una atenta invitación, a que se  pongan en contacto con la Sociedad Numismática de México A.C. o con la sociedad o grupo de estudios numismáticos que tengan más cercana a su lugar de residencia, para aprender más sobre la materia.

Hasta el siguiente: Amín Tejas.
 
 

miércoles, 12 de junio de 2013

UNA BONITA HISTORIA


Hace algunos días, anduve “vagando” por algunas calles de la ciudad, suelo detenerme en donde veo artículos relacionados con la Numismática y la Notafília, (y con el coleccionismo entomológico, pues también me agrada); voy caminando sin rumbo aparente, y hasta podría decirse de mí, que soy una especie de “caminante errante”, ¡ja, ja!, sin embargo, la verdad es que aprovecho el tiempo (que llega a sobrarme) cuando me dirijo hacia algún lugar en particular.

Estas caminatas son muy enriquecedoras, en ocasiones me he topado con exóticas pinturas e interesantes antigüedades, colecciones de muñecas de porcelana y soldaditos de plomo pintados a mano, Etc. Etc. Etc. Algunas de las cosas que más me han llamado la atención, son una colección de tableros de ajedrez, (unos 50) de diversas temáticas así como de materiales de que estaban hechos, uno de los más interesantes de esa colección, tenía el tablero hecho con incrustaciones de obsidiana y algo que parecía ser cuarzo rosado; las piezas estaban representadas por Romanos Vs Galos, fabricados y pintados al parecer a mano, todo un trabajo artesanal digno de conservarse, y jugarse  –eso sí, para no maltratarlo- en alguna ocasión especialísima.

En esta ocasión, me encontré con una librería anticuaria, con una cantidad de libros, bastante interesantes, entre ellos, uno de Historia de México en idioma Galo, de inicios del siglo pasado; Lo impactante de este ejemplar, es que tiene un tamaño espectacular de cerca de un metro de alto, por unos 50 centímetros de ancho, eso sí, andará rondando las 250 páginas, muchas de ellas ilustradas con litografías de plancha muy buenas. Así mismo observe, un ejemplar del libro “CARTAS DE INDIAS” de 1980, editado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, limitado a 1000 copias, que, tampoco se queda atrás en el tamaño y volumen, 40 x 50 x 10 aproximadamente,  más de 500 páginas con transcripciones facsimilares de cartas que entre otras, muchos frailes enviaban al rey de España en turno, como por ejemplo: Fray Toribio de Benavente “Motolinia” informando de las necesidades de “materiales”, que eran necesarios para evangelizar a nuevas almas y llevarlos a los pies de cristo (personaje que por cierto pretendía limitarse a, obligarlos a bautizarse, confesar y comulgar. 1)
 

En fin, lo que realmente les quiero compartir es acerca de otro libro que ahí me encontré: (y que por supuesto adquirí) “HISTORIA DEL PAPEL MONEDA EN MÉXICO”, de José Antonio Bátiz Vázquez; editado por editorial Salvat y apoyado por el  Fomento Cultural Banamex  en 1984;  Pieza bastante elegante en su diseño, con bastante información acerca de los personajes, alegorías, monumentos, palacios de Gobierno, Etc., que aparecen en los billetes mexicanos; muy bien ilustrado, pues para la época, la calidad fotográfica de las imágenes, se aprecia muy bien.
 

¿A que voy?, Recientemente (a través de FB) me han preguntado acerca de los beneficios de pertenecer a la Sociedad Numismática de México, e inclusive, me han hecho comentarios suponiendo que la sociedad, ¡¡no existe!!   J  Bueno… cada quien.
 

Lo anterior acerca del libro de papel moneda, remata con un beneficio, indirecto, de ser socio de la mencionada, pues resulta que, el autor del libro, también lo es.  
 

Después de adquirir tan preciada pieza, alguien me sugirió que sería genial tenerlo firmado por su autor, así que, ni tardo ni perezoso y sin ser pretensioso, obtuve de Dn. José Antonio Bátiz V. dedicatoria de su obra, quien muy amablemente aceptó hacerla.
 

Así que, ahí dejo una razón más, para acercarse a la Sociedad Numismática de México A. C.

Por supuesto que espero comentarios, y espero que sirvan para construir un buen debate acerca del tema.

Saludos.  J. Amín Tejas.

 
1.- López Gallo, Manuel. Economía y Política en la Historia de México; Ediciones Solidaridad, 1965.